Luego que los jueces leyeran la sentencia, personas que se aglomeraron en las afueras del Palacio de Justicia de San Francisco de Macorís llamaron a lanzarse a las calles e iniciaron una manifestación.
Decenas de agentes policiales y militares tratan de controlar la manifestación, lanzando bombas lacrimógenas y disparos al aire. “Es injusto”, “eso es poco”, “eso es un abuso”, eran algunas de las expresiones de la gente, que querían que Marlin se le impusiera una condena mayor.
Uno de los manifestantes responsabilizó a los jueces del Segundo Tribunal Colegiado de ser los responsables de lo que ocurra en esa ciudad.
Tras el dictamen de los jueces, los imputados fueron sacados rápidamente bajo estrictas medidas de seguridad.