Con unos 320 expositores y más de 300.000 visitantes, la Brasil Game Show (BGS) parece trasladar a los visitantes a una dimensión paralela, donde sicarios, héroes, templarios, guerreras medievales y hasta cazadores de pokémons parecen convivir pacíficamente.
En sus pasillos, una infinitud de «cosplayers» se aglomeran en las filas, ya sea para probar las últimas versiones de sus juegos electrónicos preferidos o para medirse en duelos desde encima de una pista de baile digital.
Asimismo, decenas de aficionados logran a duras penas contener la ansiedad mientras esperan su turno para experimentar en primera mano videojuegos que solo estarán disponibles en el mercado dentro de semanas o meses.
Si bien la realidad virtual viene siendo explorada desde hace años, los saltos tecnológicos son cada vez más expresivos y la edición de 2018 apuesta por proporcionar al usuario la experiencia de una completa inmersión digital.
A través de cascos, guantes y sensores, los jugadores dejan atrás el mundo real para perderse en una vida ficticia, cuyo guión varía desde las trincheras de batalla hasta la exploración de galaxias paralelas, sin olvidar un «verdadero» escenario apocalíptico compartido con criaturas que parecen haber salido de una película de terror.