«Es una enfermedad multifactorial que se caracteriza por la disminución de la producción de lágrimas o mayor evaporación de la película lagrimal, lo que causa alteración en la agudeza visual con daño potencial a la superficie ocular», señaló la experta.
Según registros del Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana, nueve de cada 10 pacientes con problemas oculares en México padecen del síndrome de ojo seco.
«Si no se detecta y realiza el tratamiento adecuado, el síndrome de ojo seco puede derivar en la necesidad de un trasplante de córnea, una intervención quirúrgica por la cual se sustituye una córnea deteriorada por una córnea normal», aseveró la experta.
Entre los principales síntomas de esta enfermedad se encuentran el ardor en los ojos, el lagrimeo excesivo, los ojos irritados al despertar y la sensación de arenilla al trabajar en la computadora, mirar televisión o leer, explicó Orozco.
«Lo principal es que repercute en las actividades comunes diarias, pues una persona con esta enfermedad puede presentar alta sensibilidad a la luz, escozor, picazón, y esto interfiere en sus actividades cotidianas como conducir en la noche o leer», indicó.
Explicó que las mujeres son más propensas a padecer esta condición, y que de los 50 años en adelante las personas tienen más riesgo o complicaciones debido a enfermedades como lupus, artritis, reumáticas y otras autoinmunes.
El ojo seco también se asocia al constante uso de dispositivos electrónicos como la tableta y la computadora porque la lágrima tiende a evaporarse más fácilmente, así como a las actividades que requieren de total atención, debido a que la frecuencia del parpadeo es menor.
La especialista explicó que una persona puede darse cuenta de que padece esta condición cuando no ve tan claro, «lo que indica que la lágrima no está en buenas condiciones», dijo.
Detalló que lo importante es diagnosticar esta enfermedad de manera oportuna para atacarla a tiempo y evitar consecuencias más graves.
Debido a que los síntomas suelen ser poco precisos, la especialista asegura que se estima que en el mundo unas 300 millones de personas pueden estar sin diagnosticar actualmente.
«La población no sospecha fácilmente que tiene ojo seco, porque piensan muchas veces que tienen exceso de lágrima», aseveró.