El satélite de la NASA, bautizado ICESat-2, medirá el cambio de elevación promedio anual de la capa de hielo terrestre que cubre Groenlandia y la Antártida, capturando 60.000 mediciones por segundo.
«Las nuevas tecnologías de observación de ICESat-2 avanzarán nuestro conocimiento sobre cómo las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida contribuyen al aumento del nivel del mar», aseguró en un comunicado Michael Freilich, director de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA.
Este satélite «ampliará y mejorará» la investigación de la NASA de los últimos 15 años sobre el cambio del hielo polar, que comenzó en 2003 con la primera misión de ICESat y continuó en 2009 con la Operación Ice Bridge.
«ICESat-2 representa un gran salto tecnológico en nuestra capacidad para medir los cambios en la altura del hielo: su sistema de altímetro láser topográfico avanzado (ATLAS) mide la altura según el tiempo que tardan los fotones de luz individuales en viajar desde la nave espacial a la Tierra y viceversa», señaló la NASA.
ATLAS disparará 10.000 veces por segundo, enviando cientos de trillones de fotones a la superficie polar.
Gracias a esto, ICESat-2 obtendrá una vista «mucho más detallada» de la superficie del hielo que su predecesor, ICESat.
A medida que circula la Tierra de polo a polo, el nuevo satélite calculará las alturas de hielo a lo largo del mismo itinerario en las regiones polares cuatro veces al año, proporcionando un control estacional y anual de los cambios en la superficie.
En los últimos años, el derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida ha elevado el nivel global del mar en más de un milímetro al año, representando aproximadamente un tercio del aumento observado del nivel del mar, y la tasa «está aumentando», según la NASA.
El objetivo de la agencia estadounidense es que los datos de ICESat-2 ayuden a los investigadores a reducir el rango de incertidumbre en las predicciones del aumento futuro del nivel del mar y conectar esos cambios a los factores climáticos.
ICESat-2 también realizará mediciones precisas para determinar el espesor y el volumen del hielo marino.
Hasta ahora, la NASA ha medido rutinariamente el área cubierta por hielo marino y ha observado un declive de ese tipo de superficie en el Ártico de alrededor del 40 por ciento desde 1980.