Los instrumentos a bordo del nuevo observatorio espacial, cuyo lanzamiento está previsto para 2021 tras varios retrasos, serán tan sensibles a la luz que podrían captar el llamado «desequilibrio químico atmosférico», que se considera una señal clara para determinar si existe vida en un planeta habitable.
Un equipo liderado por Joshua Krissansen-Totton, de la Universidad de Washington, ha investigamos la detectabilidad de las biofirmas en atmósferas anóxicas análogas a las que probablemente existieron en la Tierra primitiva.
«Podría decirse que tales biofirmas anóxicas podrían ser más prevalentes que las biofirmas de oxígeno si la vida existe en otro lugar. Específicamente, simulamos las recuperaciones de JWST de TRAPPIST-1e para determinar si el par de biofirmas de desequilibrio de metano más dióxido de carbono es detectable en la transmisión de tránsito», explica Krissansen-Totton.
El equipo encontró que alrededor de 10 tránsitos usando el instrumento prismático Near InfraRed (NIRSpec) a bordo del JWST pueden ser suficientes para detectar el dióxido de carbono y restringir las abundancias de metano lo suficientemente bien como para descartar escenarios de producción de metano no biológicos conocidos hasta con un 90% confianza