Periódico Camino
Estamos de fiesta porque el Señor resucitó. Celebramos el acontecimientomás grande de la historia, el que da sentido a nuestra fe. El que ha motivado amiles de hombres y mujeres, a través de los siglos, a dejarlo todo para procla-mar el mensaje de vida que nos trajo el salvador del mundo.
Este Domingo de Resurrección debe marcar un antes y un después en nuestro pueblo, dejando atrás tantos signos de muerte que amenazan condestruir los cimientos de una sociedad establecida en valores.
El Resucitado es vida, y no podemos continuar pasivos ante la violación constante del mandato divino de No matarás. Vemos cómo en nuestro paíscada día aumentan los actos de violencia en todas sus manifestaciones. Ahítenemos los escalofriantes hechos de feminicidios, y una lista larga de accionesperturbadoras de la paz.
Somos un pueblo mayoritariamente cristiano, y tenemos que demostrarlo actuando bien, haciendo la diferencia frente aquellos que hace tiempo perdieron la fe en que es posible un mundo cada vez mejor.
Que el Cristo resucitado ilumine nuestros pasos, y nos dé las fuerzas necesarias para continuar su obra redentora. Y como ha dicho el Papa Francisco: “Que Jesús resucitado conceda esperanza a todos los pobres, a quienes vivenen las periferias, a los prófugos, y a los que no tienen un hogar. Que estos her-manos y hermanas más débiles que habitan en las ciudades y las periferias decada rincón del mundo, no se sientan solos”.
La tarea que nos toca para hacer realidad este anhelo del Papa es grande,pero vamos a asumirla con alegría. Felices Pascuas de Resurrección.
